miércoles, 17 de noviembre de 2010

MERCEDES "FASHION"

DÍAS DE MIÉRCOLES

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Mercedes Aráoz

La candidata Prêt-à-porter

EN UN EJERCICIO EXACTO Y DESLUMBRANTE, el sociólogo francés Pierre Bourdieu se ocupa de analizar la Haute Couture, la alta costura[1], como una exquisita forma de producción cultural, donde la importancia de la “firma”, esa etiqueta que se ubicaba como representación de finura, de exclusividad y de poder económico, por ellos las prendas elaboradas por los grandes modistos o couturier, hechas por diseño único, desde finales del siglo XIX, resultaron motivo de distinción para reinas, actrices famosas o simplemente para les femmes de la gran burguesía. Junto con estos diseños de moda, apareció desde los orígenes de esta actividad, como los de la Casa de Worth en Paris, la venta por catálogo de algunos modelos de los cuales el cliente escogía los colores y la tela, y listo, tenia al cabo de algunas semanas su pedido Prêt-à-porter, es decir “listo para usar” como lo bautizaron los descendientes de los galos. El Prêt-à-porter se convirtió en los sesentas, a partir del impulso dado por jóvenes modistos como Yves Saint Laurent, y por la sencillez de las nuevas líneas de la moda, concepción aportada por Gabrielle “Coco” Chanel, en una pequeña industria que escaló posiciones como industria cultural, convirtiendo las pequeñas obras de arte de los diseñadores en productos culturales que podían consumirse como cuando compramos un CD de Opera, cumpliéndose de este modo la predicción genial de Walter Benjamin, de que las posibilidades de su reproductibilidad técnica hacia de la obra de arte su conversión de un producto cultural abierto al consumo de masas[2], pues con ello acababa con la pieza de arte como objeto único, con ello su valor esteticista y por tanto segregacionista de quien no posee el dinero suficiente para acceder a la belleza de una obra de arte. De allí a la industria cultural y la cultura de masas no hay sino un paso.

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Prêt-à-porter, es también una idea que podemos aplicar a la política y los políticos de hoy en día. Los tenemos con la figura del transfuguismo entre los congresistas, entre los aspirantes a serlos, entre aquellos –opción más antigua- que se dando lugar a una práctica común a muchos regímenes autoritarios con el llamado testaferro, pero también el Prêt-à-porter se puede aplicar a aquellos técnicos que también se alquilaron a condición de tener libertad para actuar sin sujeciones partidarias, como independientes a sueldo para la formulación y gestión de las políticas, pues por su naturaleza no se condicionan a razones ideológicas, salvo aquellas que puedan traicionar su condición de tecnócratas, pero que finalmente sucumbían, sobre todo aquellos expuestos a las tentaciones del poder político, por incursionar a otros predios ajenos al ministerio y a sus cifras para intentar carrera como candidatos, como sucedió con muchos memorables o tal vez tristemente célebres personajes (véase más de un caso durante el fujimorismo). Todo este largo preámbulo nos permite decir que hoy asistimos al reestreno del Prêt-à-porter, fabricado por nuestro precario sistema político, que acuden a debates electorales para mostrar su programa armados de su mejor sonrisa, que fetichizan sus propuestas mediante su simpatía, los Prêt-à-porter que venden sus encantos no como ideas sino con imágenes. Para estas elecciones del 2011 aparece un exponente distinguido de los Prêt-à-porter para la política: Mercedes Aráoz. Aparece como muchos de quienes se asoman a la política por el hastío de carreras profesionales carentes de la sal y pimienta de lo público. Invitada por un amigo de los amigos del PAP, de pronto –sin saber cómo- siente el fajín de Ministro de Estado alrededor de sí y con ella la enorme carga política de sacar adelante uno de los vectores esenciales del segundo gobierno alanista. Los acuerdos comerciales sacralizados en el TLC se constituirán entonces no sólo en la niña en los ojos de García, sino también un asunto personal en la carismática ministra. Pero aquí surge una de las antinomias del modelo liberal, primero el Estado y luego la sociedad, se convertirán en enemigos jurados para la égida del mercado. El supuesto de que todo lo que se convierta en oposición es contrario a la lógica plus cuan perfecta del fundamentalismo de matriz liberal, que cualquier voz disonante era el ladrido del perro del hortelano, que incapaz de tragar los beneficios de la inversión capitalista, se convertía en enemigo de la nación, que famélica esperaba por la cuantiosa oferta de capital privado, en tanto el PAP, partido antiimperialista que alguna vez fue, concluye su triste destino, pervirtiendo al Estado en la disminuida figura del subastador, que entrega sin mayores condiciones los recursos naturales de todos los peruanos a los postores del gran capital. El caso de Bagua es un hecho sin precedentes, nunca antes un pueblo entero, bajo el liderazgo de las comunidades nativas representó la última línea de defensa de la dignidad nacional. Pero allí estuvo la Araóz, quien dejo su bonita sonrisa para exigir que los supuestos enemigos del progreso sean finalmente barridos para regocijo de la derecha que reclamaba “Ley y orden”. Nuestra carismática ex ministra y ahora candidata actúo entonces en defensa de las leyes que se hicieron a medida de las exigencias de las transnacionales y avasallando los derechos de los pueblos indígenas, pues si eran derogadas por la presión social – según se filtró su argumentación en el Consejo de Ministros- podía significar un retroceso a las negociaciones al TLC. Y así sucedió entonces, los muertos de Bagua, de ambos bandos, fueron consecuencia de esta intolerancia. La princesa del cuento de hadas demostró, entonces, que detrás de sus agradables facciones se refugiaba la fría tecnócrata metida dentro del pellejo del ogro que hacía la guardianía de los intereses del Imperio.

El escenario 2011 pareciera normal y esperado, sin embargo mucho grano queda por moler para algunos que sin ser candidatos quieren seguir actuando como los grandes electores, que en propias palabras de este casi orwelliano “hermano mayor” como el propio presidente en funciones, que nos quiere proteger ante los malos candidatos que le pueden hacer daño al país y a los peruanos. Qué bueno que este adalid de la democracia no puede decidir quién nos debe gobernar, pero si -Alan dixit- puede hacer lo necesario para evitar que sea elegido quien no resulta conveniente. Sin resignarse a recibir una tunda electoral, el Presidente de todos los peruanos sigue interviniendo en los actos públicos, opina a favor o en contra de los candidatos municipales para Lima, presenta al ex alcalde metropolitano como “su candidato”, anticipa resultados, esboza posibles alianzas deseables, en fin, termina siendo la estrella en una elección que de darse bajo las reglas de la democracia competitiva o cuanto menos del fair play, debía darse sin manos sucias ni intervenciones desde el poder.

Y es que al Presidente lo desvela ya no la conclusión de su pierolino segundo mandato, sino prepararse desde ahora en condiciones de regresar por un tercero. La ambición por ser figura destacada de la historia del Perú contemporáneo lleva a nuestro Presidente a confundir forma y fondo, y lanzarse a crear el escenario más propicio a su objetivo de mediano plazo a partir de su retorno en el 2016. Es por ello que el tinglado en torno a torpedear la legítima candidatura presidencial del partido de la estrella que debía ser asumida en algún aprista, de pronto terminó en las pasarelas políticas, y es cuando lanza la propuesta de Meche fashion como la gran salvadora del partido.

Olvidándose de todo legado hayista, confiado en su buena estrella personal y amparado en sus innegables condiciones para el ejercicio de la política, se lanza entonces a intentar lo imposible, presentar al APRA como una opción creíble electoralmente, y si no ganar al menos garantizar el espacio de representación y de sobrevivencia política para los próximos cinco años con la finalidad de asegurar su vigencia. Porque está claro que aun con todo el despliegue estatal que será usado sin remordimientos, aprovechando las debilidades inevitables de los otros candidatos, y sacando todo el brillo posible a la estrella de Meche fashion, el boleto aprista para el 2011 no alcanzará para ganar las elecciones generales sino para alcanzar una expectante representación en el congreso. Y esto está sujeto al lugar que Meche pueda lograr en las preferencias del electorado, de su ubicación respecto a los otros candidatos, de los alineamientos que estos puedan alcanzar a partir de sus alianzas políticas. De momento, junto a Castañeda, Fujimori, Humala y Meche, se puede sumar la candidatura de PPK como expresión de la alianza entre Alianza para el Progreso de Acuña, Restauración Nacional de Lay y el Partido Humanista de Yehude Simon; igualmente se sumaría aunque no se puede prever con que auspicios la candidatura de Fuerza Social, hipotéticamente Hernando “Nano” Guerra García, y finalmente el bloque que lideraría Alejandro Toledo al frente de PP. Esto sin todavía descorrer el velo en el cual se encuentra el destino del bloque de la izquierda tradicional (con el perdón de Alberto Adrianzén, si son tradicionales por concepción y método, y esto no es un denuesto) que no sabemos si van con candidatura propia o terminan amalgamados con el Comandante Ollanta. Es posible que a todas estas se sumen algunas liliputienses candidaturas más[3], pero que no implican nada notable que altere el cuadro general que esbozamos.

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Pero volviendo a nuestra Meche fashion, su cara pública, hasta donde vemos, no necesariamente coincide con sus agradables facciones. Mal estreno el respaldar la Encuesta de IDICE, que como se sabe difunde resultados muchas veces de acuerdo con el interés de ciertos poderes, en este caso haciéndole el juego al lanzamiento de la guapísima con el beneplácito de Alan y cía.[4] Igualmente, panelista del CADE 2010, mimada por los “capitanes de empresa” asistentes al ser reconocida como una eficiente tecnócrata, que hace su tarea como ministra, pero que no es necesariamente un respaldo del gremio a la última boutade del robusto Presidente. De otro lado, como buena alumna, Meche ha lanzado frente a la agresiva campaña iniciada por Toledo, que ella es “inclusiva” (sic) y como tal busca exhibir los supuestos resultados sociales del gobierno aprista como garantía de un eventual nuevo gobierno aprista, pero que se recuerde, salvo su alineamiento con el modelo, los méritos de este gobierno no necesariamente nos coloca como país en el mejor de los mundos, y es más prudente andarse con cuidado respecto a la fanfarria que puede desplegarse desde el gobierno para ayudarla a subir unos puntos. Dicho de otro modo, mejor concentrarse en una propuesta programática creíble antes que esperar que los activos del gobierno en lugar de beneficiarla puedan dar paso a los pasivos que la puedan terminar sepultando. Lo último que sí está claro, es que las artes del gran ventrílocuo le quitará a la larga esta imagen de independiente que luego de cinco años no es tal, a tal punto que no está lejos de los vaivenes y cambios repentinos de humor de su principal patrocinador, salvo que demuestre largamente que no está dispuesta a tener el destino de marioneta que confabula el supremo jerarca aprista. Sin embargo resulta claro que lo que nos ofrece en realidad nuestra Meche fashion no es una propuesta renovada, sino más de lo mismo, esfuerzo poco disimulado de continuismo que ella se encargará de vestir como una buena y aplicada modelo. En suma, Meche fashion no es sino una figurita más que se recortará y vestirá de acuerdo al gusto de la moda neoliberal, donde el colorín colorado está por decirse en el teatrín todavía inédito de la política peruana.



[1] BOURDIEU, Pierre. (2002). Alta costura y alta cultura. En Sociología y cultura (pp. 215-224). México: Grijalbo.

[2] La obra de arte en la época de su reproductibilidad técnica. Publicado en BENJAMIN, Walter. (1989) Discursos Interrumpidos I, Buenos Aires: Taurus.

[3] Nos referimos al caso del folclórico general Donayre y el no menos freak Anterito Flores Aráoz.

[4] Todo parece indicar que las denuncias que se trataría de una encuesta “bamba” cobraría cada vez mayores indicios, pero al margen de esto, el hecho que es una entidad que no es confiable, a diferencia de las empresas serias y conocidas, es impajaritable.

2 comentarios:

  1. Meche fashión se lanza a una piscina sin agua...

    Coincido plenamente con Javier Valle Riestra, quien pronosticó que ella no tendrá llegada al pueblo debido a que no tiene las características de una lideresa. “Más que una candidata a la presidencia, es una candidata a un concurso de belleza. Nos quedamos en la parte frívola y externa y eso, lógicamente, no tiene destino”

    Para mi, como señale en un post anterior sobre el tema de la Pesada herencia de Haya de la Torre, que siga haciendo footing o mejor continúe con la cátedra en la Pacífico, que de eso no dudo tiene gran capacidad.

    Muchos saludoss :)

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  2. .............una hermosa mujer a la cual se le puede perdonar todo, incluso su ilusión de ser presidenta...algo no muy común en las damas…hermosa e inteligente combinación no muy común que digamos....

    PBC

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