A PASO DE PERDEDORES
UN EVENTO CONSERVADOR Y COMPLETAMENTE ANODINO. Eso fue el publicitado debate presidencial. Aunque fui uno de los que espero con expectativa, fue vana mi espera, el pretendido debate nos dejo el acre sabor del fiasco. Claro que en sentido estricto no fue un debate. Apenas un intercambio de temas y expresiones. El formato tal vez no ayudó. Pero nadie fue con la intención de debatir, sino más bien con la actitud conservadora de no levantar polvareda. Los candidatos demostraron que se puede decir mucho (y ofrecer en demasía) sin garantizar nada. Y a falta de debate, todos los candidatos se cuidaron el trasero. Uno más que otro dejo la sensación de que no solo leía sus textos previamente preparados. Venía también con el propósito de pasar piola. Lo que si prosiguió es el empate de discursos mediocres y lugares comunes. Claro que nadie demanda una mechadera descomunal, pero al menos esperábamos un intento por confrontar democráticamente sus ideas. El balance es que aun cuando no hay un ganador, tal vez si muchos perdedores. Perdedor fue Humala, el blanco de los demás candidatos por estar en la punta, y que no respondió las preguntas de sus contendores y una pregunta fundamental del gran público: ¿Por qué votar por él? Perdedora también fue Keiko, que ante la falta de ideas propias prometió hacer un gobierno a la medida de su padre el dictador encarcelado de quien se mostró como cumplidora hija y alumna. Perdedor fue PPK que demostró que no basta ser un buen técnico para ser un buen presidente. Perdedor fue el propio Toledo, quien aun cuando tuvo el mejor perfil de antagonista frente a sus competidores, no pudo demostrar que lo que hizo en su gobierno fue bueno, ni que exhibe las mejores garantías para hacerlo mejor. Perdedor natural, el loser en todo sentido, fue Castañeda que no da la talla para presidente del Perú y cuyo único argumento como ex alcalde de Lima es ahora cuestionado en su eficiencia y transparencia. Pero, sobre todo, perdedor fue el Perú, pues no sabemos que pecado expía para ser castigado con esta catadura de aspirantes a dirigir su destino. El 10 de abril esta cerca, quien sabe si volveremos a elegir entre mocos y babas como sentenciaba el cojo José Joaquín Larriva en una de las sabrosas tradiciones de Palma.
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