miércoles, 9 de febrero de 2011

LOS CANDIDATOS DEL MIEDO



Cuando la muerte vende políticamente


“MANO DURA, CALLES SEGURAS”, leo el panel publicitario en una calle de Chorrillos, vuelvo a leer nuevamente para saber si alguna mala visión me hace trampa, si, efectivamente, dice lo que antes leí. ¿De quién es el aviso tan terriblemente elocuente? Nada menos que del “Dr. Luis Castañeda Lossio”, también conocido por propios y ajenos como “El mudo”, candidato del Partido Solidaridad Nacional. Sigue su recorrido el bus y me pregunto si todos nos hacemos esta primaria relación entre mano dura y seguridad ciudadana, si basta con poner más policías, con penalizar todo aquello que transgreda la ley, o hacer más implacables a jueces y fiscales. Dura es la ley pero es la ley, sentenciaban los antiguos[1], ¿en las sociedades modernas debe seguir primando el castigo, lo punitivo, el escarmiento, con la finalidad de controlar a sus miembros?...

"(...) entonces Anum y Enlil me designaron a mí, Hammurabi, príncipe piadoso, temeroso de mi dios, para que proclamase en el País el orden justo, para destruir al malvado y al perverso… "Si un hombre ha ejercido el bandidaje y se le encuentra, será condenado a muerte." "Si un hombre ha acusado a otro hombre y le ha atribuido un asesinato y éste no ha sido probado en su contra, su acusador será condenado a muerte." Surgida como modélica de la ley en el antiguo oriente, El código de Hammurabi es un conjunto de leyes, tanto penales como civiles, cuya compilación se reconoce en autoría al rey Hammurabi de Babilonia (1790-1750? a. C.), y esculpidas sobre una roca, y que se atribuyen un origen mitológico, en el dios sol o Samash, dios de la Justicia quien entregó al rey estos preceptos. Lo más famoso es el principio del Talión, es decir del conocido “ojo por ojo…”. Pero estamos en una sociedad esclavista de antes de Cristo, situación irrepetible en países donde el desarrollo, la modernidad y los derechos humanos imperan.


LO ESCUCHÉ ESTUPEFACTO, UNA SEÑORA ENTREVISTADA EN TV DECÍA QUE A LOS VIOLADORES HABÍA QUE MUTILARLOS PÚBLICAMENTE DE SUS GENITALES, DESPACIO, PARA QUE SUFRAN. Había que ver su rostro crispado, sus uñas lacerando la palma de sus manos y sus palabras inoculadas de un odio visceral. No hacía mucho esfuerzo para imaginar a esta misma señora como espectadora de un acto de ajusticiamiento en la baja edad media, lanzando denuestos contra el criminal y arrojando verduras a su paso al cadalso. A dónde nos está conduciendo esta situación, matadores crueles que no solo quitan la vida a sus víctimas sino justifican o relatan en detalle “su hazaña”, victimas, agraviados o familiares que reclaman como consuelo la peor de las penas para quienes le arrebataron o dañaron uno de los suyos.

…ME PARECÍA QUE LEÍA UNA PÁGINA DEL LIBRO DE MICHEL FOUCAULT "VIGILAR Y CASTIGAR" (1975). "Damiens fue condenado, el 2 de marzo de 1757, a 'pública retractación ante la puerta principal de la Iglesia de París', adonde debía ser "llevado y conducido en una carreta, desnudo, en camisa, con un hacha de cera encendida de dos libras de peso en la mano"; después, 'en dicha carreta, a la plaza de Grève, y sobre un cadalso que allí habrá sido levantado [deberán serle] atenaceadas las tetillas, brazos, muslos y pantorrillas, y su mano derecha, asido en ésta el cuchillo con que cometió dicho parricidio, quemada con fuego de azufre, y sobre las partes atenaceadas se le verterá plomo derretido, aceite hirviendo, pez resina ardiente, cera y azufre fundidos juntamente, y a continuación, su cuerpo estirado y desmembrado por cuatro caballos y sus miembros y tronco consumidos en el fuego, reducidos a cenizas y sus cenizas arrojadas al viento'". Michel Foucault "Vigilar y Castigar" (1975).

LA CULTURA DE LA MUERTE VENDE, una informada periodista le dice a un candidato a congresista donde está la pena de muerte en su plan de gobierno: Silencio y sonrisita cómplice. No hay. Y no necesita estar escrito, el pedido de muerte al transgresor viene a formar parte de una cultura de muerte que irresponsablemente vienen atizando algunos candidatos y políticos. Aprovechando la rabia, la cólera y hasta la indignación justas de la gente, donde cual oferta electoral frente al derramamiento de sangre están dispuestas a conceder más sangre. Escarbando con sus atavismos en favor a la muerte, Alan, Keiko, las inefables geishas del reo recluido en el fundo Barbadillo, encabezada por una ¡abogada!, las que no hacen sino ratificar el fracaso del Estado y el desplome del Derecho, el fin de la civilización, la renuncia a toda moral, la vuelta al pasado: Desprecio total a la vida, venganza, castigo, retorno a la barbarie. Pero no solo es el castigo, es la concepción de Estado, de la Ley y del Orden. En ellos no está presente una visión de democracia, menos presentes los Derechos Humanos, que más bien son un obstáculo a su idea totalitaria de orden social.

LAS BOTAS DE LA SA[2] RETUMBABAN EN LAS CALLES DE MÚNICH. Sin embargo el desmadre de violencia no se desató pero muchos consideran que esta breve escaramuza fue el inicio del fin. El putsch de la cervecería[3] no permitió que Adolf Hitler y los nazis asumieran el poder, lo que fue logrado posteriormente mediante la designación del frustrado pintor como canciller de manos del anciano Presidente Hindenburg en 1933. El paréntesis demócrata liberal que significo la República de Weimar llegaba a su fin, jaqueada desde la izquierda y derecha que organizaba insurrecciones o bloqueaba al gobierno en el parlamento, y la burguesía alemana sentía que el llamado para restablecer la ley y el orden no provenía de los propios partidos socialdemócratas y liberales en el poder, sino de aquellos que habían demostrado su fuerza electoral y su poder en las calles, únicos que tenían aparentemente la fuerza para reinstalar la ley y el orden, claro, con el expediente poco elegante de romper los cráneos de los comunistas en plazas y fábricas: Los nazis.

LA HISTORIA NOS LO ENSEÑÓ, LA VIOLENCIA ENGENDRA MÁS VIOLENCIA. Por eso las salidas de algunos candidatos a la crisis social, de donde la criminalidad es una expresión consecuente, es una recete mucho más mortal que cualquier enfermedad o anomia societal. Pero mucho más grave es el trasfondo político. Esta no es una apuesta solo para dar salida a un problema policial. Se piensa que es la mano dura, la fría represión como conclusión de los problemas del orden social. A Keiko, no le temblaría el pulso al igual que no le tembló a su padre, de tener los medios legales o la legitimidad en el poder, de cometer las más abyectas de las acciones para controlar la sociedad desde el poder. Esto no es nuevo, es el miedo socialmente asible el origen de todo esto, pero el miedo que puede ser manipulado, que puede ser exacerbado mediante cuidadosas medidas de propaganda psicosocial. El mayor aliado del abuso de poder es el miedo. Esto puede ser lo que nos espera, un orden estatal basado exclusivamente en la fuerza, en la cachiporra policial, en el concurso de jueces investidos con poderes absolutos como el cuerpo de jueces en los tiempos de Hammurabi, o los incorruptibles magistrados en la edad media, que requerían dar una válvula de escape a las tensiones sociales, de allí que programaban cual cartelera macabra una ejecución memorable cada semana. No dista mucho de esto el empleo del monopolio legítimo de la violencia desde el Estado, o la vista gorda a la violencia privada, como en la República de Weimar significaron los desmovilizados clases y soldados de la I Guerra, que dieron curso a los bandidos uniformados que sembraron la Alemania de la postguerra de violencia y temor. De allí surgieron Rohm y sus SA, para sembrar las semillas de odio que cubrieron la larga noche del III Reich durante la segunda guerra mundial. Pesadilla de la cual todavía no hemos despertado del todo.

EPÍLOGO

ESTAMOS POR LA LEY Y EL ORDEN, PERO DEMOCRÁTICOS. No puede transgredirse la propia ley ni extremarse esta para servir a oscuros intereses políticos. La muerte no puede tener cabida pues ya tuvimos suficientes en décadas pasadas. Menos aún puede pretenderse generar un consenso en torno a un orden totalitario que recurre a la violencia como culto y al recorte sistemático de la libertad como principio supremo bajo el supuesto del riesgo social. Nadie que se precie de demócrata puede invocar el poder del Estado para hacer justicia con la muerte, aún de alguien que violó la ley ni menos en crear un Estado gendarme en lugar de confiar en sus propios ciudadanos para dar sustento al orden de su comunidad. La seguridad ciudadana no es resultado absoluto de una eficiente represión, requiere educación y participación de los ciudadanos, que deben ser recuperados en su función de control social, también en el orden interno. No requerimos más cárceles, sino más escuelas, no más leyes represivas, sino más ciudadanos comprometidos en hacerlas respetar.








[1] Dura lex, sed lex.


[2] SA, Sturm Abteilung, Tropas de Asalto de Ernst Rohm. Fue uno de los estamentos del Partido Nacional Socialista Alemán Obrero o de los Trabajadores, Nationalsozialistische Deutsche Arbeiterpartei, NSDAP, o simplemente Partido Nazi y fue uno de los muchos freikorps o ejércitos voluntarios que se formaron luego de la derrota en la I Guerra Mundial. Luego del asalto y su fracaso, Hitler pensó seriamente en abandonar la idea de una insurrección para tomar el poder y en formar un partido de masas para ganarlo electoralmente. La historia hizo que combinara ambas cosas.


[3] Las cervecerías eran espacios públicos donde la gente se juntaba a beber y hablar de política. Se llamó el Putsch de la cervecería porque en una de ellas, la Bürgerbräukeller, el 8 de noviembre de 1923 se produjo el estallido de este golpe de estado impulsado por los nazis.

1 comentario:

  1. Los seres humanos nos movemos entre dos instintos básicos que actúan: el Eros (vida)y el Thanatos (muerte).

    Da la impresión y según el artículo que expones, que de un tiempo a esta parte en sociedades un tanto desordenadas políticamente como la nuestra, nos estamos movilizando -lamentablemente- más por la tendencia a la autodestrucción.

    Así como desde que nacemos estan estos instintos operando de manera individual en cada sujeto, pasa lo mismo a nivel de colectividad. Es una lucha de dos fuerzas.

    Los "sentimientos bajos", como la crueldad, odio, morbosidad, etc., nos muestran que en la persona está actuando Thanatos.

    Lo que tenemos que desarrollar más son aquellas actividades humanas elevadas como la tolerancia, la solidaridad, el querer crecer y desarrollarse, el bien común....y como dices: "más escuelas menos cárceles, no más leyes represivas, sino más ciudadanos comprometidos en hacerlas respetar"

    Un fuerte abrazo

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