El robusto Presidente terminaba de engullirse su segundo desayuno y sólo un pensamiento lo asaltaba: Dejar de ser mortal, trascender a su propio paso como gobernante, sino dejar, hacer algo que haga que la gente lo evoque cada día, y asi cada uno de los días de este quinquenio que estaba por empezar.
Frontándose las manos se dijo para sí "Todo está listo: El estofado legal, la alcahuetería mediática, la bendición cardenalicia y, tal vez, hasta me gane con la vista gorda del cachaco".
Y que se venia fraguando descaradamente la santa alianza aprofujimontesinista, y que mejor oportunidad que en los festejos del 28 de julio. El lenguaraz se relamió por un instante y razonaba "Qué mejores festejos que aprovechar el cumpleaños de la patria para soltar al chino...y asi ese casi 50% que votó por la hija festeja por partida doble: 28 de julio y los 73 años del japonés..."
No había duda, de una simple posibilidad se había decidido excarcelar a Alberto Kenya Fujimori, reo purgando sentencia por crímenes abominables y corrupción, quien sería indultado en la hora nona por el todavía presidente en ejercicio.
"¿Y si la gente zapatea por la liberación de Chino? -se pregunta de pronto el mofletudo Presidente, su otro yo, igual de obeso y obsecado se responde "Qué me importan mis opositores, qué me importa que hayan razones jurídicas que impiden indultos en casos de condenados por delitos de lesa humanidad, al diablo con la oposición, con Mario Vargas Llosa y Javier Pérez de Cuellar, me zurro en todos ellos y me limpio con la protesta ciudadana"
Al viejo caudillo le importa muy poco el gobierno entrante y la actual correlación de fuerzas políticas en el país. El sabe que impondrá su autoritarismo a prueba de argumentos, nuevamente probará su soberbia legendaria, y demostrará que el poder que tiene y su cinismo son tan inconmensurable como su ego.
Cuál Nerón a punto de solazarse con su solo de arpa ante la Roma incendiada, el Presidente García se pone a soñar con una nueva obra a inaugurar, o a imaginar su tercer periodo, sin importarle mínimamente lo que ocurre alrededor.
Pero la verdad es que ahora que ya se fragúo el indulto, de nada sirvió que se dijera que se convertiría en un “cadáver político”. Ya Alan García cedió ante la necesidad de seguir montando su show, sus delirios megalomaniacos y ahora su fama tremebunda y tristemente célebre.
De pronto, de afuera se empieza a escuchar gritos de cientos de voces, de pedidos de justicia y denuestros contra el régimen corrupto de García. Sigilosamente el Presidente se esfuma, cierra su ventana apresurado y se refugia en algunos de los salones contiguos...
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